domingo, 12 de diciembre de 2010

Capitulo 21

Al cerrar la puerta de la habitación de Danny, Dougie abrió otra, era Miriam que acababa de llegar, Tom bajo y la invito a tomar algo mientras Harry se cambiaba.





Tom: ya sabes cómo es de presumido, lo mismo tarda bastante.
Miriam: ok! No te preocupes.
Tom: ¿qué tal esta mañana en casa? ¿Mucha tensión?
Miriam: si tanta que se podía cortar, yo casi hubiera preferido estar allí por lo que pudiera pasar pero como ya había quedado…además ayer con la bobada ni me despedí de Harry ni nada.



En ese instante Danny bajo al salón, donde se encontraban Miriam y Tom.



Danny: ¡hola!
Miriam: ¡hola!, Danny perdona si ayer te grite, pero estaba furiosa.
Danny: ¡No importa!..¿Cómo esta Sonia?
Miriam. Más adelante te lo cuento…
Danny entro en la cocina y Miriam y Tom siguieron con su conversación.
Tom: ¿y Virginia? ¿Cómo está?
Miriam: Pues imagínatelo, ella no hizo nada y no entiende porque Sonia se a cabreado con ella, la pobre lo está pasando fatal, estaría bien que saliera de casa a dar una vuelta y se le refrescaran las ideas pero no quiere ni moverse de la cama, al igual que Sonia…Nerea y yo no sabemos que hacer…estamos en medio…
Tom: Si vuestra situación debe de ser complicada. 

Miriam: Pues sí.
Harry llego todo perfumado e interrumpió a Tom y Miriam.
Harry: ¿Que te está contando el loco de mi amigo Tom?
Miriam: Pues hablábamos de lo de ayer…
Harry: ¿Cómo están?
Miriam: No se hablan, sin más.
Harry: ¡Vaya!...bueno tú no te preocupes seguro que al final todo se termina solucionando.
Miriam: Eso espero.




Miriam se levantó del sofá y le regalo a su chico un largo y profundo beso. Los dos se despidieron de los demás y salieron de casa. Allí Dougie, Tom y Danny conversaban de algo ya distinto.


Dougie: Estaría bien que fuéramos a ver a las chicas.
Tom: ¿Tú crees que eso es lo mejor Dougie?
Dougie: no se o por lo menos tú y yo.
Danny: si conmigo no contéis, no estoy yo como para otro numerito.
Tom: No sé...lo mismo no pintamos nada allí.
Dougie: Si, no has oído lo que ha dicho Miriam, que estaría bien que Virginia saliera a que le diera el aire, vamos allí, la sacamos de la cama y así nosotros también nos aireamos.
Danny: Tu lo que quieres es ver a Nerea, que ya nos vamos conociendo.
Dougie: No yo voy por ayudar…aunque no estaría mal.
Tom: ¡Vale! pero primero las llamo, que lo mismo vamos para nada.




Tom marcó el número de Nerea, tardo pero cogió el teléfono, quedaron en verse en la casa de las chicas, al llegar intentaron convencer a Virginia pero esta se negaba, después de rato allí Tom le propuso que solo salieran a dar una vuelta ellos dos, sin más, y rezagada Virginia acepto. Dougie y Nerea se quedaron en casa jugando a un juego de la PlayStation y Sonia seguía en su cama escuchando música con los casco.







Tom: ¡Al final lo he conseguido!


Virginia: Si, pero solo por el vecindario eh?
Tom: vale solo por el vecindario.




Estuvieron más de una hora dando vueltas a la urbanización hablando de mil cosas, todas menos lo ocurrido la noche anterior, para que Virginia no se sintiera incomoda, Tom le pregunto sobre, como conoció a sus otras tres amigas, de cómo vivía en España, en definitiva, miles y miles de preguntas que la hicieron olvidar al menos un rato la fatídica noche anterior. Al llegar a casa, Virginia y Tom se encontraron con Dougie hablando por el móvil, este discutía con su novia.



Tom: ¡Vaya! Parece que los celos de Frankie vuelven a acechar.
Virginia: Frankie, ¿y de quien esta celosa?
Tom: pues yo creo que de Nerea, no ves que ayer cuando llego, Dougie y Nerea hablaban y enseguida los separo y se lo llevo con ella.
Virginia: Pues no me entere, pero ahora que lo dices.
Tom y Virginia entraron en casa y se sentaron junto a Nerea que estaba con su portátil.
Virginia: ¿Por qué esta Dougie fuera?
Nerea: No se estábamos aquí jugando y charlando y de repente le ha sonado el móvil y ha salido fuera a hablar.
Tom: si, si es por lo que te he dicho yo Vir.




Dougie, que seguía fuera, entro a casa muy cabreado, asique Tom decidió que era hora de regresar a casa. Los dos amigos se despidieron de Nerea, Virginia y Sonia, que ni siquiera bajo de su habitación, aunque ellos no se tomaron esto a mal, pues entendían la situación. Al montarse en el mini de Tom, los dos comenzaron a hablar.



Tom: ¿Con quién hablabas? ¿Ya está tu madre llamándote para saber si comes bien?
Dougie: ¡No!, ojala fuera ella…era la pesada de mi novia, quería saber que estaba haciendo y de repente a oído la estrambótica risa de Nerea, ya sabes cómo Danny, y se ha empezado a emparanollar.
Tom: A lo mejor le das motivos, no crees…
Dougie: A ver que os quede claro a todos, Nerea es solo una buena amiga, me lo paso bien con ella, entiende mis gustos y le gustan mis lagartos, por eso me parece muy maja no por que quiera liarme con ella, además yo quiero a Frankie, lo que pasa que a veces no nos entendemos.
Tom: No sé, pero lleváis varias semanas discutiendo a todas horas y eso no está bien.
Dougie: Tom, no sé, casi prefiero dejarlo así y ya la llamare más tarde, cuando este más relajado.




Mientras tanto a varios kilómetros de allí, Miriam y Harry disfrutaban de un paso por el centro de Londres, pasaron por varias tiendas que a pesar de ser domingo estaban abiertas. Los dos que seguían intercambiándose besos, miradas y gestos de cariño, entraron en un restaurante donde esta vez, Miriam invito a comer a Harry. Cuando ya se hizo por la tarde, los dos fueron al cine y tras ver la película, Harry cogió de nuevo el coche que estaba aparcado en un parking y la llevo de vuelta a casa, se despidió de ella, no sin antes concretar un plan para el día siguiente, y salió con su coche de la calle donde vivía.
Al entrar en casa, Miriam se encontró con una situación un tanto crítica, otra vez Virginia y Sonia discutían.




Miriam: ¿Nerea pero que pasa ahora?
Nerea: Yo que sé, yo ya desisto.
Virginia: Pues pasa que, pensé que Tom había conseguido hacerme olvidar lo de anoche pero aquí tu amiga me lo ha vuelto a restregar por la cara.
Miriam: ¡Basta ya!, no podéis solucionar las cosas como la gente civilizada.
Sonia: Yo no soluciono nada, hasta que ella se disculpe conmigo.
Virginia: Yo no tengo por qué disculparme, te repito que ¡NO FUE CULPA MIA!




Sonia salió corriendo y subió las escaleras hasta llegar a su habitación donde se despidió de las demás con un portazo que retumbo toda la casa. Virginia también con los ojos llorosos fue a su habitación y se tumbó en la cama. El día había acabado no muy bien para las cuatro amigas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario