Ya habían pasado tres semanas desde la graduación. Miriam fue la encargada de dar el discurso que las hizo llorar a mares, y es que, por mucho que se quejaran del instituto, sabían perfectamente que lo echarían de menos.
El curso había acabado y se estaban preparando para pasar el mejor verano de sus vidas viajando por Inglaterra, porque al padre de Sonia lo habían destinado a Inglaterra. Alquilaron una casa para las tres, que estaba a tres cuartos de hora de la universidad en un barrio muy acogedor.
Así llegó septiembre, y con él el comienzo del curso, ya llevaban allí 3 meses y habían podido visitar unas cuantas ciudades inglesas. Sin darse apenas cuanta llegó el día más emocionante de sus vidas, ¡EL PRIMER DÍA DE UNIVERSIDAD! y encima en Londres.
Nerea: daos prisa o llegaremos tarde el primer día!!
Miriam: vale, yo ya estoy...
Sonia: esperarme!!! que no encuentro la estúpida cartera.
Nerea: no vuelvo a ir con vosotras, siempre llegáis tarde.
Miriam: a mí no me metas que yo ya estoy.
De repente apareció Sonia bajando las escaleras a toda velocidad mientras se ponía la chaqueta.
Sonia: vale ya estoy...
Nerea: XD, venga anda vamos.
Y así comenzó aquella mañana. Las tres salieron corriendo de casa, corriendo para no perder el autobús. Llegaron al campus y les tocaba encontrar la clase correspondiente. ¡Aquel lugar era enorme!. Finalmente llegaron, después de varias vueltas al edificio, y entraron en clase. Se sentaron al lado de unas chicas inglesas que parecían bastante majas. Lo cierto es que había una chica cuya cara les sonaba, pero no sabían de que. De repente Nerea soltó:
Nerea: ¡ya se quién es! y Sonia no te lo vas a creer...
Sonia: ¿quién? ¿quién?
Nerea: es igual que Carrie Fletcher.
Sonia: Ala! es verdad! NO puede ser!
Nerea: sería una pasada que fuera ella...
Miriam: ¿quién dices que es? ¿ y por qué sería una pasada ser ella?
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